Yo fui testigo...

Albert Faldant dedicó toda su vida a la ciencia. Su investigación tuvo como destino los misteriosos comportamientos de la mente. Sus últimos diez años los había dedicado a la búsqueda del último pensamiento del ser humano antes de la muerte. La tarea no era sencilla, dado que quiso orientar su trabajo a los casos de muerte natural.

Al verse imposibilitado de conocer de antemano qué personas estaban por morir naturalmente, decidió implementar una etapa previa no por ello menos complicada.

La tarea sería la siguiente:

1) Crear un Instrumento que le permitiera capturar el flujo eléctrico que producen las neuronas, para luego decodificarlo y así a través de sofisticados sistemas de proyección en 4 dimensiones conocer el contenido del pensamiento.

2) Hallar personas que hayan fallecido en un lapso menor al de una hora, dado que las neuronas de un hombre una vez muerto, tardan aproximadamente dos horas y cuarenta y cinco minutos en perder sus recuerdos. Según sus anteriores investigaciones, detectó que dicha información corresponde al último pensamiento o conocimiento adquirido, repitiéndose continuamente.

Una vez concluida la primera fase, comenzó con su investigación. Al principio no obtuvo grandes resultados, pero eso se debió mayormente a problemas técnicos o a que no llegaba a tiempo para poder colectar los datos antes del fallecimiento neuronal. Debió ofrecer grandes sumas de dinero a familiares, para poder acceder de una forma más rápida al difunto.

Cuando solucionó dichos inconvenientes, los resultados fueron fabulosos. Descubrió cientos de cosas que se encierran en esos segundos, que en algunos casos llaman "A momentary lapse of reason". Descubrió por ejemplo la inexistencia de la puerta al paraiso, siendo aquella luz que el cerebro imagina una representación regresiva al momento del parto/nacimiento. Descubrió en esos segundos que la mayoría de la gente palpita que el final se acerca, y utilizan ese tiempo para arrepentirse de sus pecados o recordar momentos felices de su vida. Pero el punto fundamental de su investigación se dio, el dia que descubrió que el 95% de las personas que mueren mientras duerme, soñaron que morían.

Este hallazgo dio un giro casi definitivo a su trabajo, comenzó a investigar los pensamientos y sueños de cada persona que dormía y así confirmó su teoría:
El contenido de un sueño jamás termina con la muerte del soñante, sino que en el segundo previo a suceder ese episodio, dicha persona se despierta. Aquellas personas que no despiertan una vez que mueren en el sueño, mueren también en la vida real.
Dado que el 36% de los fallecidos por muerte natural lo hacen mientras duermen y basándose en su teoría, comprobó que eliminando a través de químicos la muerte propia de los sueños, podía llegar a salvar la vida de mucha gente.

Un 31 de Octubre de 2132, Albert Faldant desapareció misteriosamente con todos sus estudios de sus años de trabajo.

El 3 de Marzo del año 2136 el Centro de Investigaciones Militares de la Armada Norteamericana (USAMIC) realizó su primer ataque nocturno contra un país caribeño apenas conocido. El ataque no lo hicieron a través de bombas, ni con aviones, ni con tóxicos, ni siquiera con soldados. Esa noche tomaron por la fuerza la cadena nacional de televisión y a través de su antena emitieron una señal que lograba que aquellas personas que dormían, sueñen que morían. Transmitieron la señal durante tres días consecutivos. Al cuarto día la la mayoría de la población se encontraba difunta en su cama, todos asesinados por muerte natural. Los sobrevivientes no tuvieron otra alternativa que rendirse ante los norteamericanos.

Recuerdo cientos de ataques en los siguientes 6 meses, siempre con la misma metodología. El USAMIC jamás pudo descifrar el motivo por el que aún había sobrevivientes en los sitios atacados.

Actualmente las fuerzas norteamericanas fueron desarmadas por distintos convenios y tratados firmados por el resto de los paises del mundo. Se sabe que aún siguen atacando clandestinamente, con el único objetivo de debilitar las fuerzas de sus aliados y enemigos. Solo quedamos cientos, quizás unos pocos miles de sobrevivientes en cada ciudad, la gran mayoría personas sordas.

La naturaleza es sabia, aquella frecuencia sonora emitida por las antenas para poder ingresar en nuestro cerebro, codificando la información de nuestra muerte para que se lleve a cabo en nuestros sueños, utilizaba el rango de los 1.56Khz y los 1.58Khz. El sonido que se emite al utilizar dicha frecuencia es el mismo que producen los mosquitos al agitar sus alas. Aquellos que somos capaces de despertarnos y salir a buscar el puto mosquito por toda la habitación a las 4 de la mañana, sobreviviremos... resistiremos, erguidos frente a todo...

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